Se cree que en la región argentina de Córdoba se plantaron las primeras vides del territorio argentino. Varios documentos mencionan la existencia de viñedos en la región desde el año 1599, propiedad de los sacerdotes mercedarios, así como la producción de vinos a nivel industrial desde el año 1618 por los sacerdotes jesuitas.
Su época de esplendor data de las decadas del 60 y 70, donde la provincia llegó a tener casi 1.800 hectáreas, hasta su período más aciago en los años 80en el que desaparecieron las grandes bodegas, y continuaron con muchas dificultades, pequeñas explotaciones familiares.
La recuperación volvió fines de la década del 90 con una gran reconversión pasando de los vinos de mala calidad o conocidos como pateros a elaboraciones de impecable factura que pueden competir sin inconvenientes en el mercado nacional.
La presencia de los pequeños productores en la región de Cordoba artesanales es un motivo, un gran diferencial turístico, pues es de las pocas regiones del país que los incluye en sus Caminos del Vino. Variedades de uva como la Merlot, la Malbec y la Chardonnay hacen la diferencia en esta zona.
En la actualidad, la superficie plantada con vides en la provincia alcanza las 299 hectáreas que equivale aproximadamente al 0,1% de la superficie total de país. La mitad de estas hectáreas están ubicadas en la zona de Colonia Caroya y alrededores, aunque también hay viñedos en Traslasierra, el Valle de Calamuchita y el Noroeste provincial.
Córdoba cuenta a día de hoy con 12 bodegas registradas, además de 32 elaboradores caseros de vino autorizados.