La DO Sierra de Salamanca aunque es relativamente joven ya que consiguió la designación oficial en 2010 lleva siglos aprovechando su magníficos terruños para elaborar vinos únicos y autenticos.
Se ubica al sur de la Privincia de Salamanca y comprende 26 municipios.
Los vinos elaborados en la Sierra de Salamanca se caracterizan por una marcada tipicidad debida a sus suelos, muy complejos y peculiares.
El proceso de elaboración empieza en el cuidado y mimo de la viña, cultivado con mucho esfuerzo para obtener una escasa producción de uva de gran calidad. La vendimia se realiza manualmente y en cajas seleccionando las parcelas en su momento óptimo de madurez.
La gran parte de los viñedos están plantados en bancales a pies de río Alagón y en terrazas cerca de la montaña donde se cultivan distintas variedades de uva, destacando la autóctona y con mayor superficie de terreno, la uva Rufete que es una apuesta personal de las 6 bodegas adscritas a la denominación.
Las siguientes variedades tintas en importancia son la Tempranillo y la Garnacha.
El clima de la Denominación de Origen Sierra de Salamanca es considerado mediterráneo con veranos calurosos y secos pero con noches frías, perfecto para el correcto desarrollo y maduración de la uva. Otro factor importante es la altitud que va desde los 400 a los 1.000 metros.
Pero los suelos hacen la diferencia, con su marcada acidez y 2 tipos a nivel geológico, contemplando suelos arenosos para vinos largos y elegantes y suelos arcillosos para vinos más estructurados y minerales.
En cuanto al enoturismo cabe destacar la Ruta del Vino Sierra de Francia que pertenece a las rutas del vino de España.