El nombre Jerez aplicado a vino, así como sus traducciones “Xérès” y “Sherry”, al igual que el nombre “Manzanilla”, son Denominaciones de Origen, en concreto las más antiguas de España. Este Consejo Regulador fue el primero en publicar el Reglamento de una Denominación de Origen con arreglo a lo dispuesto en el Estatuto del Vino español del año 1933: el de "Jerez-Xérès-Sherry". Esta DO Jerez-Xéres-Sherry se encuentra situada en el noroeste de la provincia de Cádiz, la más meridional de la península Ibérica. Enclavada en la costa atlántica y enmarcada por los ríos Guadalquivir y Guadalete. Su viñedo ocupa el centro de un triángulo formado por tres poblaciones al norte de la ciudad de Cádiz: Jerez de la Frontera, tierra adentro y capital vinícola de la región; Sanlúcar de Barrameda en el estuario del Guadalquivir y Puerto de Santa María en el extremo de la bahía de Cádiz.
El de Jerez es un vino milenario, Las primeras noticias nos las proporciona Estrabón, geógrafo griego del siglo I a.C., quien en su libro Geografía (Libro III) escribía que las vides jerezanas fueron traídas a la región por los fenicios alrededor del año 1100 a.C. Desde Xera, nombre que dieron los fenicios a la región donde hoy se ubica Jerez, este pueblo de comerciantes producía vinos que luego eran distribuidos por todo el Mediterráneo, especialmente en Roma, convirtiéndolo en un “vino viajero.” En el año 711 da comienzo la dominación árabe en España, que en el caso de Jerez habría de durar más de cinco siglos. Durante todo este tiempo, Jerez siguió siendo un importante centro de elaboración de vinos, a pesar de la prohibición coránica de consumo de bebidas alcohólicas. De hecho, en el año 966 el Califa Alhaken II decidió, por razones religiosas, arrancar el viñedo jerezano. A este anuncio contestaron los jerezanos que las uvas se dedicaban a elaborar pasas para alimentar a las tropas en su Guerra Santa, lo cual era parcialmente cierto, y consiguieron que sólo se descepara un tercio del viñedo. Tras la Reconquista de Jerez por Alfonso X se vivieron años de luchas contra el reino nazarí granadino, según cuenta la tradición, uno de los hombres más significativos de su hueste fué Fernán Ibáñez Palomino, quién diera nombre al tipo de uvas que luego serían características de la zona: la uva palomino. Para entonces, e incluso ya en el siglo XII, los vinos de Jerez eran comercializados y apreciados en Inglaterra, donde eran conocidos con el nombre árabe de la ciudad, "Sherish". Sin embargo, nuestros vinos se popularizan en este país cuando Enrique I propuso a los jerezanos una operación de trueque, lana inglesa por vino de Jerez, al objeto de desarrollar las manufacturas nacionales. Las viñas de Jerez se convierten entonces en una fuente de riqueza para el Reino, de modo que Enrique III de Castilla, por una Real Provisión de 1402, prohíbe que se arranque una sola cepa, e incluso se llega a prohibir la instalación de colmenas cerca de las viñas para que las abejas no dañen el fruto.
Pero el Vino de Jerez no se enviaba sólo a Europa. El descubrimiento de América iba a abrir nuevos mercados y con ellos un floreciente negocio. De la popularidad del vino de Jerez en aquellos días dan una idea las obras de William Shakespeare, quién en compañía de su amigo Ben Johnson daba cuenta diariamente de una buena cantidad de botellas de vino de Jerez en la Bear Head Tavern. Y así nuestro vino aparece citado frecuentemente en muchas de sus obras: Ricardo III, Enrique VI, Las noches de Epifanía, Las Alegres Comadres de Windsor, Enrique I, etc. También Pascuil en su Apología (1619) proclamaba "todas las bebidas están gorra en mano en presencia del viejo Jerez". A mediados del XVIII, todavía los vinos que se comercializaban desde la región de Jerez hacia los mercados, especialmente las potencias marítimas como Inglaterra u Holanda eran aún muy diferentes de los que hoy conocemos como vinos de Jerez. El gusto inglés iba además a cambiar definitivamente, desde los vinos más pálidos y ligeros anteriormente demandados a otros vinos más fuertes, oscuros y envejecidos. Hubo que pelear mucho para dejar de comercializar vinos jóvenes y empezar a guardar durante prolongados periodos de tiempo con sistemas de envejecimiento de criaderas y solera. Surgen también en esta época las grandes bodegas de crianza. Buscando conciliar las condiciones arquitectónicas idóneas para el envejecimiento de los vinos con la estética neoclásica imperante, exportadores como Gordon, Lacoste, Haurie y otros levantaron las grandes bodegas que aún hoy día siguen impresionando al visitante. Los protagonistas del cambio fueron en algunos casos comerciantes extranjeros largamente establecidos en la zona, como Juan Haurie, Oneale, Lacoste, Juan Domecq, Patricio Murphy, etc..), pero también cosecheros locales implicados en las fases de crianza y comercialización (Cabeza, Menchaca, Rivero, López Martínez, etc..). A finales del siglo XIX, como ocurrió en la casi totalidad de los viñedos europeos, el negro manto de la epidemia filoxérica arrasó los viñedos del Marco de Jerez. Ya en el último tercio del siglo XIX, los bodegueros del Marco de Jerez, empresarios auténticamente adelantados de su tiempo, habían estado presentes en todos aquellos foros internacionales en los que se gestaba lo que habría de ser el posterior esquema jurídico de defensa de las Denominaciones de Origen. No es de extrañar por tanto que, en 1933, cuando se publica la primera Ley Española del Vino, ya ese texto recogiera la existencia de la D.O Jerez. Amparados por el nuevo texto legal, los productores jerezanos se pusieron manos a la obra y en enero de 1935 se publicó finalmente el primer Reglamento de la DO Jerez y de su Consejo Regulador, el primero en constituirse legalmente en nuestro país.
Los suelos más cotizados de la Denominación de Origen Jerez-Xéres-Sherry son de caliza blanca, llamados albarizas. Son tierras de carbonato cálcico, esponjosas y muy profundas, cuya incidencia en el terreno es doble: Por un la do recojen la lluvia como una esponja y en épocas de sequía forman una costra superficial que impide la evaporación, mientras que por otro lado su color claro refleja los rayos de sol, proporcionando a la uva una una insolación adicional que eleva la proporción de azúcares y permite una maduración homogénea. Se trata de suelos terciarios formados por caparazones silicios de diatomeas y radiolarios, unidos a finas arenas que sedimentaron en los mares del oligoceano. Estas magras integradas por arcillas, limos, calizas y arenas son ricas en sustancias orgánicas, con un contenido bajo de nutrientes, idóneas para obtener una cosecha limitada de calidad superior .
En la década de 1960 se mantuvo el pleito más importante de la historia del consejo, entre en Consejo Regulador del Jerez y el llamado "British Sherry", por el uso de la denominación "Sherry". Los británicos argumentaban que "sherry" era una denominación genérica y no una denominación de origen, sin embargo los jerezanos aportaron un mapa de al-Idrisi como prueba que demuestra que el vocablo inglés "sherry" proviene del topónimo árabe de Jerez (Sherish). Sin embargo, el nombre "Sherry" se usa en los Estados Unidos como un semigenérico.
El clima de la región corresponde al de una zona meridional cálida, con importante influencia del Océano Atlántico. El viento de poniente es el que aporta a la cepa la humedad marítima, regando durante las madrugadas las viñas de Jerez con los rocíos o blanduras. Ello actúa como un factor moderador, atenuando los rigores del verano del Marco y el efecto de los vientos cálidos de levante.
La vid soporta en período activo una temperatura media de 17,5º centígrados. La región goza anualmente de casi 300 días de sol despejado e intensa luminosidad. La pluviosidad alcanza una media de 600 l/m2, y se concentra en su mayor parte entre los meses de octubre a mayo, proporcionando al suelo las reservas de agua que serán utilizadas por la planta en los meses secos del verano. El mes de septiembre suele ser seco, factor favorable para la maduración y sanidad de la uva. Estas condiciones climáticas favorecen el óptimo desarrollo de las plantas y la perfecta maduración de la uva hasta el momento de la vendimia.
Todos los vinos de la DO Jerez-Xéres-Sherry provienen de tres tipos de uva: Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel.
Tipos de vino de Jerez:
En cuanto al enoturismo cabe destacar la Ruta del Vino y el Brandy Marco de Jerez que pertenece a las rutas del vino de España.
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