La IGP Vino de la Tierra de Castilla y León, surge en el año 2000, promovida por un grupo de grandes bodegueros, cuya necesidad era canalizar una gran parte del vino elaborado en el territorio de Castilla y León. La reciente legislación Europea otorgó a las Indicaciones Geográficas Protegidas el mismo nivel que las DOP’s, con lo que subió la cotización de sus tirillas y ha permitido un constante aumento de sus producciones tanto en blancos y rosados, como en tintos.
Pueden acogerse las bodegas que elaboren, almacenen, envasen o embotellen y/o etiqueten vino, ubicadas en el territorio de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, debidamente certificadas por el correspondiente organismo de control.
También pueden acogerse a la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León, operadores situados fuera de Castilla y León que realicen la actividad de embotellado “en destino”, es decir que adquieran vino a granel procedente del territorio de Castilla y León.
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