Bodegas Cuevas Jimenéz Ferratus nace del sueño familiar de crear su propia bodega en el corazón de la DO Ribera del Duero. Aunque no vienen de una saga de bodegueros, el empresario Pedro Cuevas, ayudo a sus hijos Maria Luisa y Enrique para poner en marcha este proyecto de éxito.
Los inicios fueron difíciles, con muchos altibajos, pero la determinación y la constancia de esta familia y el gran equipo del que se rodearon son la prueba del que el trabajo bien hecho siempre da sus frutos, y en este caso vinos de una gran calidad.
La uva tempranillo es la elegida de los vinos ferratus y reina a lo largo de 20 hectáreas de viñedos de más de 60 años. Están plantados la mayoría en laderas de más de 800 metros.
El objetivo de su enólogo es muy claro, un trabajo meticuloso del viñedo para resaltar la tipicidad y la gran capacidad de envejecimiento de la variedad tempranillo, para obtener grandes vinos tintos con estructura, elegancia, profundidad y largo recorrido.
La bodega Cuevas Jimenez Ferratus se asienta sobre un edificio de línea vanguardista con una estructura de acero representando una F en la fachada. El paisaje que lo rodea está cubierto de viñas y pinares naturales.
Desde Bodegas Ferratus nos invitan a visitarles, es una bodega funcional, pero no convencional que tiene su espacio para el enoturismo.
Sin duda es una de las bodegas adheridas a la Ruta del Vino Ribera del Duero que no nos dejará indiferentes, la visita + cata son 10€ por persona, y desde el primer momento nos sentiremos como en casa.